En los últimos años, el Camino de Santiago ha cobrado especial fama entre los aficionados al senderismo. Su accesibilidad y la gran oferta de servicios a disposición de los peregrinos facilita en gran medida el reto que supone recorrer largas distancias en poco tiempo. No obstante, si tantas personas se atreven a hacerlo, incluso sin ningún tipo de experiencia, ¿será que hay algo más que no se ve a simple vista?

Podría realizar cientos de conjeturas: paisajes donde miles de tonos de verde se enzarzan entre sí por conseguir el protagonismo, viñedos infinitos, campos de cereales en los que la vista se pierde, ríos cristalinos, pueblos empedrados, magníficos templos, irresistibles platos locales y, sobre todo, aire puro. Estos son los aspectos más conocidos, pero también se podrían destacar las sonrisas al pasar, los deseos de que tengas un “buen camino”, las nuevas amistades y el compañerismo. Además, un peregrino pasa mucho tiempo a solas con su cabeza, y tantos kilómetros dan lugar a muchas alegrías y arrepentimientos; lo que es seguro es que, cuando acabes, tendrás una sensación de satisfacción personal absoluta.

En esta Colección he recopilado todas las etapas del Camino de Santiago Francés. Son, en total, alrededor de 770 kilómetros que he dividido en cinco jornadas. Cada una de ellas tiene más de 100 kilómetros, de manera que tienes la posibilidad de fraccionar cada tramo en tantos días como necesites. Lo habitual es realizar entre 20 y 30 kilómetros al día, pero muchas veces, gracias a la disponibilidad de alojamientos, tienes la posibilidad de caminar menos. Cada sección comienza y termina en ciudades importantes que cuentan con estaciones de tren y de autobús, por lo que, si no dispones de tiempo suficiente, puedes ir completando este Camino en distintas ocasiones.

El itinerario está pensado para personas que estén en cierta forma física y que, aunque no hayan realizado nunca un viaje de este tipo, tengan resistencia y estén acostumbradas a hacer caminatas largas.

Las mejores épocas para completar este recorrido son la primavera y el otoño. Ten en cuenta que vas a atravesar zonas montañosas en la frontera franco-española, en Navarra y en León, por lo que las nevadas están aseguradas en invierno. Por otro lado, la última sección (etapa 5) es perfectamente factible en verano, pues en Galicia las temperaturas no son excesivamente altas. No obstante, el Camino Francés pasa por regiones muy lluviosas, así que esta estimación puede variar cada año dependiendo de la predicción meteorológica.

El punto de inicio es Saint-Jean-Pied-de-Port, a donde puedes llegar fácilmente en autobús desde Pamplona. La compañía Alsa ofrece viajes todos los días desde marzo a octubre. En temporada baja, la empresa Autocares Artieda llega hasta Roncesvalles, y desde allí puedes coger un taxi hasta Saint-Jean-Pied-de-Port. Otra opción es tomar un tren directo desde Bayona.

Por otro lado, al final de la travesía, en Santiago de Compostela, puedes optar por coger un avión, un AVE o un autobús. La ciudad está muy bien conectada, así que todo depende de tus preferencias y del lugar al que te dirijas.

Te recomiendo que, antes de comenzar, planifiques bien tu viaje para ver dónde vas a parar a pernoctar y a reponer víveres. Hay muchos servicios a lo largo de la Ruta, así que no vas a tener problemas. La mayoría de pueblos cuentan con albergues públicos a los que puedes acceder con tu credencial de peregrino. Sin embargo, ten en cuenta que las plazas no se pueden reservar y, por tanto, se van llenando por orden de llegada. Si quieres asegurarte un sitio, debes madrugar mucho. Si prefieres ir con tranquilidad, te aconsejo que reserves albergues privados con antelación.

La respuesta a qué llevar es simple. Lo más importante es el calzado: utiliza zapatillas cómodas y de suela adherente o botas que no sean demasiado rígidas. Lleva apósitos y vaselina para los pies. Para las noches, ropa térmica o un plumas ligero, independientemente de la época en la que vayas. Un chubasquero y una funda para la mochila tampoco están de más. Asegúrate siempre de llevar agua de sobra y barritas o frutos secos.

Espero que este viaje te saque muchas sonrisas y lágrimas de alegría. Disfruta y aprende de cada paso. ¡Buen camino!