A principios del siglo XX se construyó un ferrocarril de vía estrecha que recorría el valle del Cidacos, entre Calahorra y Préjano. El objetivo principal era transportar carbón desde la mina de Préjano hasta el Ebro. Más tarde, se amplió el recorrido y los bienes que transportaba incluían los productos de la huerta del valle, además de productos industriales de Arnedo. El trazado estuvo en servicio unos 40 años y se clausuró en 1966.

El valle bajo del Cidacos cuenta con impresionantes vistas a los cortados rocosos y cañones fluviales que el agua ha tallado en los materiales blandos. Esta interacción ha creado caprichosas formas en la piedra rojiza y parda que se asemejan a cascadas, torres y castillos. Además, en este valle se encuentra una de las mayores colonias de buitres de España: si alzas la mirada, los verás surcar el cielo majestuosamente. Y ¿cómo no?, aquí también se esconden los manantiales de aguas termales de Arnedillo.

Por otra parte, se trata de un valle muy fértil. La vía verde transcurre durante largos tramos entre tradicionales huertos de frutales y hortalizas. Sobre las laderas puedes contemplar cómo los humanos hemos transformado la orografía en infinitas terrazas donde se cultivan almendros, olivos y viñas.

La vía verde recorre el tramo final del Cidacos antes de unirse al gran río ibérico. El trayecto es asequible tanto por distancia, como por desnivel y dificultad técnica, ya que la mayoría de la superficie está en buen estado y carece de grandes pendientes. Te invito a recorrerla en dos etapas que incluyen la variante de poco más de 4 kilómetros de la vía verde de Préjano.

Esta división permite que familias con niños y personas mayores puedan disfrutar de esta aventura sin compromisos. De este modo, se pueden alargar las paradas para disfrutar de la gastronomía, las vistas y rodar a un ritmo poco exigente. Además, este formato permite hacer noche en Arnedo, la localidad más grande del valle, que está llena de servicios y tiene una deliciosa propuesta culinaria.

Prácticamente, cualquier bicicleta es ideal para recorrer la vía verde del Cidacos. Dada su poca dificultad, su perfil llano y la uniformidad de su firme, puedes rodar por este camino con la montura que tengas a mano. Eso sí, recuerda tenerla en buen estado y hacer un mantenimiento previo.

Esta Ruta es ideal para pedalear en los meses de primavera y otoño. Estas estaciones poseen un encanto especial, visible en la vegetación y en el caudal del río. En invierno también es posible conocer este valle, aunque debes tener en cuenta el descenso de las temperaturas y la cantidad de horas de luz disponibles. En verano, las altas temperaturas y la escasez de sombra, endurecen el recorrido.

Ya sea en primavera u otoño, empaca prendas de ropa que te permitan añadir o quitar capas según las condiciones del tiempo. Pero, sobre todo, no olvides un bañador para disfrutar de las piscinas termales al aire libre, y de acceso libre, que se encuentran en Arnedillo.

La Ruta comienza en Calahorra, una población riojana en la margen derecha del Ebro a la que se puede llegar en tren desde diferentes puntos de la geografía peninsular. Esta localidad también es ideal para añadir un día a la travesía, ya sea al principio o al final de la misma. El destino es Arnedillo; este pueblo cuenta con transporte de vuelta a Calahorra en autobuses de la empresa Jiménez Movilidad, cuyos horarios puedes consultar en su web: jimenezmovilidad.es.

Estoy seguro de que los paisajes de La Rioja Baja se quedarán en tu retina para siempre. Disfruta de la vía verde del Cidacos.