Si la sección anterior del Camino del Cid (puedes encontrar la Colección aquí: komoot.es/collection/1809741/camino-del-cid-en-bicicleta-tierras-de-frontera) discurría por los terrenos fronterizos de la España medieval, la tercera parte se adentra por completo en antiguas tierras musulmanas. Como su nombre indica, esta Ruta recorre los paisajes y ciudades de tres taifas: las de Zaragoza, Toledo y Albarracín. ¿Qué es una taifa, te preguntas? En el año 1009 empieza la caída del califato de Córdoba y surgen, a consecuencia, reinos independientes regidos por diferentes clanes. Las taifas son cada uno de estos reinos.

Siguiendo los pasos del Cid a lo largo de 300 kilómetros, descubrirás el legado islámico en las provincias de Zaragoza, Guadalajara y Teruel. Este importante patrimonio histórico se manifiesta en forma de impresionantes fortificaciones, como las de Daroca, Molina de Aragón y Albarracín, así como en el estilo arquitectónico mudéjar que adorna la región.

En cuanto a naturaleza, esta sección tampoco se queda atrás. Empezarás recorriendo el bonito valle del río Jiloca y pedaleando por un terreno suave. Luego, a partir de la tercera etapa, el desnivel aumenta, pero también la diversidad de paisajes. En total atravesarás cinco espacios naturales protegidos: el parque natural del Alto Tajo, Montes de Picaza, Tremedales de Orihuela, el sabinar de Monterde de Albarracín y los Pinares de Rodeno. Desde el sillín, podrás admirar espectaculares cañones y desfiladeros, bosques de encinas y pinares que se extienden como un manto sobre rocas rojas, ríos de piedra y otros paisajes kársticos alucinantes.

La Colección de las Tres Taifas está dividida en seis etapas con una media de 50 kilómetros por día. La Ruta comienza en Calatayud, en la provincia de Zaragoza. Si no vienes de realizar las secciones anteriores, puedes desplazarte a Calatayud en tren o en autobús (la compañía Automóviles Zaragoza requiere que la bicicleta viaje en una funda), o bien en avión hasta el aeropuerto de Zaragoza (a 80 kilómetros de Calatayud). El destino final se halla en Cella, en la provincia de Teruel. Si vas a cerrar tu aventura cidiana aquí, para marcharte de Cella lo mejor es usar el tren hasta Teruel, ya que los trenes de media distancia de Renfe permiten llevar las bicicletas sin plegar pagando una tarifa extra.

La Ruta discurre principalmente por carreteras secundarias muy agradables para ir en bicicleta. En un par de ocasiones hay que pedalear por carreteras nacionales, la N-234 y N-211, pero cuentan con arcén y el tráfico no es intenso. Esta sección no tiene tramos por terreno no asfaltado, por lo que cualquier bicicleta de cicloturismo es apta para realizar la Ruta. Eso sí, la cuarta etapa presenta mucho desnivel, por lo que es necesario estar en buena forma.

Al igual que en las secciones anteriores, todas las etapas finalizan en localidades donde existen diversos tipos de alojamientos, restaurantes, bares y comercios. Durante el recorrido se atraviesan algunos pequeños pueblos que no disponen de tiendas, por lo que siempre es recomendable llevar algo de comida en las alforjas. En cuanto al agua, podrás rellenar las botellas sin problema en las numerosas fuentes públicas que encontrarás. Puedes realizar este itinerario en cualquier estación del año, pero primavera y otoño son las más recomendables para evitar los meses de temperaturas más extremas.