Aventuras en la octava isla — Senderismo en La Graciosa

Cuando pisas un lugar completamente desconocido por primera vez, hay ocasiones en las que el corazón se anticipa a los sentidos. A veces no hay razones concretas. Será el aire con aroma a salitre, una sonrisa dibujada al saludar, las vetas de color en una montaña, un pájaro que regresa a su hogar tras un largo viaje o una ola exhibiéndose antes de morir en la orilla.

Los lugares despiertan sentimientos, y no necesariamente porque estén unidos a una experiencia. Existen rincones especiales, olvidados, explotados… e irte de allí significa dejar atrás una parte de ti.

Esta Colección está compuesta por tres increíbles Rutas de senderismo que te llevan a conocer el norte, el sur y el centro de La Graciosa, octava y última en ser reconocida como parte de las islas Canarias. A través de ellas me gustaría animarte a descubrir la riqueza paisajística y biológica de esta isla junto con el resto del archipiélago Chinijo, declarado parque natural en 1986. Ambos itinerarios son completamente diferentes, tanto por la longitud del trazado como por los espacios naturales que recorre.

La Ruta del norte está protagonizada por parajes salvajes donde puedes apreciar los impresionantes espectáculos visuales que provoca la acción del mar, así como varias playas vírgenes, los islotes de Alegranza y Montaña Clara, y los roques del Este y del Oeste.

La Ruta del sur es mucho más corta y está pensada para disfrutar de una caminata intercalada con chapuzones. El camino te lleva a lo largo de la línea de la costa para lucir las mejores playas, que descansan serenas bajo la atenta mirada del risco de Famara y de Montaña Amarilla.

La Ruta del centro tiene una longitud de 13 kilómetros y te lleva a descubrir la isla desde las alturas. El ascenso a Agujas Grandes, el volcán más alto de La Graciosa, es una aventura de terrenos resbaladizos y panorámicas de infarto.

Todo el archipiélago —junto con el risco de Famara— se ha consolidado como la mayor reserva marítimo-terrestre de Europa. Además de albergar una rica flora endémica, es un importantísimo espacio de anidación y el paso obligatorio de aves migratorias. De hecho, en 1994 se declaró zona de especial protección para las aves (ZEPA).

Estos son los ingredientes que hacen de este un conjunto asombroso para disfrutar de la naturaleza. Cualquiera de los tres itinerarios es bueno para dejarte sorprender, pero ten en cuenta la distancia y el desnivel de cada uno a la hora de elegir el más adecuado para ti y tus acompañantes.

El Organismo Autónomo de Parques Nacionales se encarga de preservar el entorno natural de La Graciosa. Sin embargo, a día de hoy y desde hace muchos años, la isla se mantiene principalmente gracias al turismo. Es por este motivo que depende de nosotros, los visitantes, contribuir a la conservación de este paraíso. Respeta las señalizaciones en todo momento, no abandones el camino marcado, no alimentes a los animales y, por supuesto, no tires basura.

La única manera de llegar a La Graciosa es en ferry desde Órzola, en Lanzarote. Puedes informarte sobre los horarios y los precios aquí lineasromero.com/es/info-horarios y aquí biosferaexpress.com.es. Asimismo, puedes llegar a Lanzarote en avión o en barco desde la península u otras islas Canarias.

Como ya sabrás, Canarias goza de buen clima durante todo el año, así que puedes realizar esta travesía en cualquier momento. No obstante, ten en cuenta que en verano las temperaturas son algo más elevadas y la isla está mucho más concurrida.

Recuerda llevar agua y comida suficiente para pasar el día, así como protección solar. En cuanto al calzado, te recomiendo unas zapatillas deportivas con calcetines de media caña; así evitas heridas causadas por el roce de la arena con la piel.

Solo me queda desearte un feliz viaje. Haz fotografías con el alma, ama esta riquísima tierra y no dejes huella.