Cuando pisamos Noruega por primera vez no sabíamos qué camino tomar. Pensábamos empezar visitando Oslo, pero nuestras ansias de aventura nos hicieron salir de la capital muy pronto.

No hay más que echar un vistazo rápido a Instagram para ver fotos impresionantes de este país. Imágenes captadas en medio de la nada, sobre un saliente a cientos de metros de altura o junto a lagos de color turquesa… Ese era el tipo de escenarios que buscábamos.

Así que decidimos pasar una semana en el corazón del parque nacional de Rondane, primero del país en ser designado como tal en 1962. Rondane tiene paisajes variados, con picos que superan los 2000 metros de altura y arroyos ramificados que esbozan recuerdos de la actividad glaciar.

La mejor época para visitar Noruega es en verano. En julio las temperaturas diurnas son perfectas para el senderismo, en torno a los 20 grados en su punto más cálido. Las noches, sin embargo, son frescas. Si quieres aventurarte por estas tierras septentrionales, te recomiendo que traigas ropa de abrigo.

El senderismo es una actividad muy popular en Noruega. Los noruegos tienen una relación especial con la naturaleza. Sus rutas de senderismo están muy bien señalizadas con una "T" hecha con pintura roja. El vivac está permitido en todo el país, siempre que el campamento esté a más de 150 metros de una casa. Por otro lado, debes saber que las hogueras están prohibidas en verano.

Aquí no hay animales venenosos, pero en verano los mosquitos pueden convertirse en un verdadero incordio. Lleva una mosquitera y un repelente con DEET. En Oslo encontrarás todo lo necesario.

Nosotros queríamos hacer una ruta fácil, sin grandes rodeos. Tras visitar la oficina de turismo de Oslo, fijamos nuestro punto de partida en la estación de tren de Hjerkinn, al norte del parque, y nuestro punto de llegada en la parada de autobús de Spranget, al sur.

En mi blog encontrarás un reportaje de mi aventura: simonwicart.com/voyage/rondane.