Hay olores que son inconfundibles, como el del café por la mañana, el de una chimenea recién encendida o el del petricor. Muy pocos saben lo que significa realmente este término, pero todos saben a qué huele: a tierra mojada. Cualquier amante de la naturaleza aprecia este aroma envolvente que aparece justo después de la lluvia. Los campos se visten con una capa verde brillante, las praderas parecen estar más mullidas que nunca, las flores hacen su aparición estelar y los ríos cobran vigor. Si ya lo has visualizado, déjame que te explique dónde se ubica tu próxima aventura.

El País Vasco y Navarra son tierras en las que la humedad propia del clima atlántico favorece la belleza de sus paisajes. Aquí se hacen realidad las postales de extensos pastos, colinas onduladas, cumbres calizas y bosques infinitos. Si quieres adentrarte en el corazón de los montes vascos, la sierra de Aralar te espera.

Esta Colección de 102 kilómetros está dividida en cinco etapas que siguen el GR 20 y te llevan a través de hayedos, prados, pueblos y picos emblemáticos de Navarra y Gipuzkoa. Aunque únicamente la parte correspondiente al País Vasco está declarada parque natural, todo el macizo está catalogado como zona de especial protección por la Red Natura 2000.

La Ruta comienza y termina en el aparcamiento del puerto de Lizarrusti, a donde puedes llegar fácilmente en tu vehículo. No obstante, como es un recorrido circular, tienes la opción de comenzar donde te apetezca. Por ejemplo, Irurtzun tiene conexión de autobús con Pamplona; por otro lado, desde San Sebastián puedes tomar un tren y un autobús hasta Ataun.

Esta travesía está pensada para cualquier persona que esté acostumbrada a caminar largas distancias. No hay tramos técnicos, por lo que es una buena opción para principiantes, pero hay que tener en cuenta los desniveles a superar. En cualquier caso, puedes adaptar algunas de las etapas para hacerlas más cortas o más largas, dependiendo de tus preferencias.

Te recomiendo llevar bastones de trekking para no sobrecargar las rodillas, agua y comida para cada jornada, además de calzado con suela adherente y un chubasquero. En la descripción de cada jornada puedes leer más información sobre lugares donde repostar y pernoctar. Recuerda reservar tu alojamiento con antelación, sobre todo en las zonas más remotas.

La sierra de Aralar está repleta de hayas que durante el otoño se tiñen de tonos rojizos y dorados. Por este motivo, te recomiendo que completes el recorrido en dicha estación o en primavera. Las temperaturas son más agradables y el paisaje es especialmente bonito. Evita el invierno si no tienes experiencia en travesías de nieve o navegando entre la niebla. Por último, también se puede recorrer en verano, aunque es mejor evitar las horas más cálidas del día. En cualquier caso, comprueba la predicción meteorológica antes de comenzar para asegurarte unas panorámicas espectaculares.

Te invito a respirar el aire puro de la sierra de Aralar, que ojalá te inspire con sus aromas a naturaleza.