Las vías pecuarias o cabañeras son recorridos de larga distancia utilizados por los pastores para aprovechar los recursos vegetativos invernales y de verano: cuando el frío hace inviable el pastoreo en las cumbres montañosas, los pastores llevan el ganado a latitudes más bajas y así aprovechan siempre los mejores pastos. Y antes de que empiece el verano, los rebaños deshacen el camino para volver a las montañas.

En esta Colección te presento una propuesta de senderismo basada en el Camí Ramader de la Marina, una vía pecuaria de más de 200 kilómetros de longitud que une el Pirineo catalán con el mar Mediterráneo, atravesando toda Cataluña de norte a sur. Algunos de los ayuntamientos de las poblaciones por donde pasa el recorrido han documentado esta Ruta, que busca reivindicar la trashumancia, la protección cultural y ambiental del territorio y la promoción turística, respetando siempre criterios de sostenibilidad.

Aunque el itinerario original tiene algunas variantes (puedes consultarlas aquí: camiramaderdemarina.cat/) yo he escogido un trazado que facilitase la división en etapas de aproximadamente 20 kilómetros. Todas acaban en lugares donde puedes encontrar fácilmente alojamiento, aunque evidentemente siempre hay posibilidad de hacer vivac durante la Ruta. Si prefieres organizar el recorrido por tu cuenta, aquí tienes la Ruta completa: komoot.com/tour/1394626672

La Colección está pensada para senderistas con experiencia en caminatas de varios días. Por otra parte, no tiene demasiada dificultad técnica, con excepción de las etapas pirenaicas, donde puedes encontrar algún sendero empinado y estrecho, pero que no va a demandar ningún tipo de material o habilidad montañera específica. Excepto en la tercera jornada, que va del Coll de la Merola a Alpens y durante la cual no se pasa por ninguna población, en el resto de etapas se pasa por alguna localidad que permite avituallarse, lo que te ayuda a viajar más ligero. Aun así, es importante llevar siempre agua suficiente y algún snack para recargar energías durante el camino.

Los pastores realizan esta travesía en el sentido propuesto, de norte a sur, entre el final del verano y el principio del otoño. Es la época en la que te recomiendo hacer el recorrido, ya que las temperaturas son más suaves y además existe el aliciente de encontrarte con los pastores y sus rebaños. En cuyo caso, es importante respetarlo y no molestarlo con gritos o movimientos bruscos. No es conveniente acercarse a los animales ni tocarlos, y si llevas perros, estos deben ir atados. Si te cruzas con perros pastores, recuerda que su misión es proteger al ganado, y posiblemente irán en tu dirección lanzando ladridos de aviso: mantén la calma y aléjate del rebaño de manera tranquila. La Colección puede hacerse también entre la primavera y el principio del verano. Desaconsejo hacerla en invierno, dado que la nieve será un obstáculo en las etapas pirenaicas y de montaña. Tampoco la canícula es aconsejable, debido al calor.

Para llegar al inicio de la Ruta en Llívia, en transporte público, debes llegar hasta la cercana Puigcerdà. O bien desde Barcelona en tren o bien desde Lleida en autobús. Al llegar a tu destino, en Vilanova i la Geltrú, puedes tomar el tren de cercanías hasta Barcelona, y allí conectar con trenes de media y larga distancia o bien tomar el avión.

Los paisajes de la Colección son muy variados. Se empieza en un lugar muy singular, uno de los pasos históricos de los Pirineos: Llívia. Es un enclave español en territorio francés, donde nace el río Segre. Se superan las barreras más importantes de los Pirineos en las dos primeras etapas, las más accidentadas. Se hace una transición entre la montaña y el llano en las siguientes etapas al atravesar comarcas como el Lluçanès y el Bages, donde la agricultura y la ganadería toman el protagonismo junto a un territorio más industrial, marcado por la presencia del río Llobregat y sus afluentes. Tras el paso por el espectacular y mágico macizo de Montserrat, entras en un paisaje caracterizado por la presencia de la viña: el Penedès. La cordillera litoral es el último y breve obstáculo que encuentras, antes de llegar al fin del recorrido, a orillas del Mediterráneo.

Durante el trazado también tienes la oportunidad de empaparte de la historia de Cataluña. Los pequeños pueblos pirenaicos de carácter fronterizo, sus pequeñas iglesias, y también sus masías te acompañan los primeros días. A medida que desciendes hacia el sur, las iglesias y los pueblos crecen de tamaño. Se convierten en basílicas y castillos, y cuando llegas al Penedès, el impulso económico de su actividad vitivinícola transforma las humildes masías en fincas monumentales.

Este es un viaje con múltiples recompensas: las paisajísticas y las culturales. No obstante, la más importante es la de poder acercarte, paso a paso, a una actividad milenaria como es la trashumancia. Siguiendo sus huellas estás contribuyendo al reconocimiento de una tradición que ayuda a preservar el mundo rural, la biodiversidad y los caminos históricos, que forman parte de nuestra historia y acervo cultural y que merece tanto nuestro respeto como nuestro reconocimiento.